LUCIDEZ Y DESAPEGO EN EL SÉPTIMO CHACRA

El séptimo Chacra o Corona

El viaje ascendente por los chacras del cuerpo físico termina en el séptimo. Allí se abre una flor de loto de mil pétalos cuando este vórtice energético es activado.

El chacra corona es el principio rector de la vida. A través de este centro logramos mayor comprensión de las situaciones y le damos sentido a las experiencias. Nos permite una conexión directa con nuestra esencia, el campo del Ser.

Para llegar a este nivel, la semilla tuvo que echar profundas raíces en la tierra pasando por todos los chacras y recibiendo la influencia de todos los elementos, la tierra, el agua, el fuego, el aire, el sonido (éter) y la luz, hasta la fuente de la conciencia más allá del pensamiento.

Cada chacra es un centro organizador de la conciencia, y al llegar al séptimo adquirimos una gran lucidez y un nivel de desapego que nos permite movernos hacia dimensiones más elevadas, más allá del plano físico.

Desde el punto de vista neurológico, el séptimo chacra se relaciona con la parte superior del córtex cerebral y como instrumento de la mente, carece de límites.

La conciencia que se adquiere en este chacra puede dividirse en dos categorías:

  • Una orientada hacia la información sobre los objetos del mundo y sus relaciones. Se orienta hacia afuera y hacia abajo
  • La otra corriente se orienta más allá de los objetos del mundo. Es conciencia sin objeto, conciencia trascendente.

La iluminación significa darnos cuenta de niveles superiores de realidad más allá de toda ilusión del plano material. El sistema de creencias se va conformando a partir del sentido que le otorgamos a las experiencias. Por lo tanto, cuanto más limitantes nuestras creencias, mayor dificultad para absorber más información, ya que las antiguas creencias actúan como limitantes.