Protocolo para alinear cuerpo y mente con el equinoccio de primavera
Bienestar integral: físico, emocional y energético
Día 1 – Conexión con la luz y el equilibrio
Objetivo: Sincronizar el cuerpo con el nuevo ciclo de luz.
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Mañana:
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Despertar con la luz natural.
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10–15 min de respiración profunda al sol.
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Tomar un vaso de agua tibia con limón.
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Comidas:
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Plato fresco, colorido y ligero: ensalada con hojas verdes, semillas, frutas de estación.
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Evitar procesados y exceso de azúcares.
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Tarde:
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20–30 min de caminata al aire libre.
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Pausa de 5 min de atención plena (mindfulness) observando la naturaleza.
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Noche:
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Cena ligera, evitando comidas pesadas cerca de dormir.
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Reflexión breve: “¿Qué áreas de mi vida necesitan equilibrio?”
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Día 2 – Renovación y vitalidad
Objetivo: Activar la energía interna y el metabolismo.
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Mañana:
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Estiramientos o yoga suave 15–20 min.
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Tomar té verde o infusión de hierbas depurativas.
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Comidas:
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Comida rica en proteínas y vegetales frescos.
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Hierbas frescas como antioxidantes.
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Tarde:
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Ejercicio al aire libre: caminar rápido, correr suave o bicicleta 30–40 min.
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Hidratación con agua y frutas frescas.
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Noche:
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Diario de gratitud: anotar 3 cosas que agradeces del día.
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Respiración 4-7-8 para calmar la mente antes de dormir.
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Día 3 – Integración y claridad
Objetivo: Sentir equilibrio cuerpo-mente y preparar la renovación interna.
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Mañana:
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Meditación guiada o visualización de metas y crecimiento personal (10–15 min).
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Desayuno nutritivo.
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Comidas:
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Vegetales, proteínas ligeras (legumbres, pescado) y grasas saludables (aguacate, aceite de oliva).
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Tarde:
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Actividad creativa: escribir, dibujar, jardinería o música.
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Paseo al aire libre, absorbiendo la luz y los colores de la primavera.
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Noche:
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Reflexión sobre los cambios que querés incorporar en tu vida.
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Ritual de cierre: apagar pantallas 30 min antes de dormir, respiración consciente.
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Sueño de menor calidad y más dificultades para dormir
Las mujeres suelen experimentar peor calidad de sueño que los hombres debido a factores biológicos y sociales. Tienen mayor prevalencia de insomnio, más latencia para conciliar el sueño y estaban más expuestas a trastornos del sueño como el síndrome de piernas inquietas o apnea post-menopáusica.



